
El empleado estatal ahorró e invirtió lo suficiente para ganar varios millones de dólares y también heredó unos cuantos millones más de sus padres.
De acuerdo con amigos y conocidos, la decisión de dejar casi todo su patrimonio a asociaciones que ayudan a los demás viene del hecho de que su hermano mayor tenía una discapacidad de desarrollo.
Naiman dejó 2,5 millones de dólares para el Centro de Cuidado Interino Pediátrico (PICC), una organización que atiende a bebés nacidos de madres que abusaron de las drogas y ayuda a los niños a abandonar su dependencia.
“Se lo dejó todo a las organizaciones benéficas, principalmente a los niños, la sección de la sociedad que realmente no podía ayudarse a sí misma”, dijo Shashi Karan, un amigo cercano de Naiman, a NPR.
Después, donó 900 mil dólares a la organización de cuidado de crianza y niños en acogida Treehouse, subrayando que él acogió a niños hace años y que les había llevado juguetes y artículos de primera necesidad durante mucho tiempo más.
Muchas de las organizaciones que se benefician de la generosidad de Naiman admitieron que no lo conocían.
Por su parte, la directora de desarrollo de Treehouse, Jessica Ross, reconoció la donación atestada de Naiman como una prueba de ‘filantropía’ y ‘amor’.