
María Morales. El presidente de la Mensajeros de la Paz, el padre Ángel, ha asegurado en el puerto de Valencia que todas las ONG sienten que es «un día precioso e histórico», al ver desembarcar y acoger en España a los 630 migrantes de Aquarius.
En declaraciones a los periodistas en el muelle donde ha atracado el primer barco de la flotilla del Aquarius, ha señalado que este acontecimiento marca «un antes y un después», y ha pedido que se atienda a los refugiados que siguen llegando a las costas españolas.
Según ha dicho, es «un día de emociones», y ni aunque lo hubiera soñado hubiera creído que esto podía pasar ver desembarcar a estos migrantes, a cada uno de los cuales le esperaban tres personas, entre ellos un sanitario y un traductor, para «acogerles» y «arroparles».
«Esto es una gozada, uno se siente feliz», ha indicado el padre Ángel, quien ha destacado que la «explosión social de solidaridad» que se produjo hace dos o tres años, cuando los ayuntamientos daban la bienvenida a los refugiados y las familias ofrecían sus casas, se ha reproducido ahora. Para el padre Ángel, es «una vergüenza» que otros países no traten bien a personas que «vienen huyendo, buscando paz, pan y tranquilidad», pues «no atenderles es falta de humanidad».
«Pero en Valencia se ha hecho, es un día de estar felices y de estar orgullosos», ha reivindicado el presidente de Mensajeros de la Paz, quien ha afirmado que los niños a bordo «venían aplaudiendo y sonriendo», y ha opinado que «hoy pocos españoles no van a sonreír al ver desembarcar a estos niños». «Estoy feliz, emocionado y además nervioso», ha confesado el padre Ángel, quien ha destacado que el papa Francisco «estaba conmovido de la rápida acogida» de estas personas en España.